En
plena era de la comunicación, cada vez estamos más aislados. Nos
comunicamos, pero no nos entendemos. Naufragamos diariamente entre lo
que decimos y lo que los demás entienden y viceversa. Cada individuo es
un complejo jeroglífico, un enigma con un código particular e
irrepetible y es en ese principio artístico en el que
Joel Reyes ahonda en su nuevo trabajo,
‘El fuego amigo’ (desde ahora
EFA).
Crear un código no al alcance de todos, sino de los que logren
descifrarlo para adentrarse en su universo, en su viaje. Y lo hace tras
haber
confiado precisamente en la gente que le ha apoyado siempre y que
han acabado
financiando una espectacular campaña de crowfunding. Ni más ni menos que 5000 euros recaudados
para la grabación de un disco que sin dicha ayuda no hubiera existido.
Hablamos de ese 'fuego amigo' que han creado un total de
125 mecenas, no sólo españoles sino también procedentes de otros puntos del planeta como
Gran Bretaña, Francia, Bélgica, Canadá y Argentina.
Joel Reyes firma un disco (tras su
‘Eléctrico’,
2014) que aspira a ser descifrado por los que escuchen, no los que
simplemente oigan amarrados a sus prejuicios estilísticos y vitales. El
álbum está editado por el sello barcelonés La Produktiva. En cuanto a
sus textos, el autor busca el oído hambriento de aquellos que aún son
capaces de escuchar entre tanto ruido. Puede sonar pretencioso, pero la
música bien merece esa ambición. Porque hablamos de su obra más
comprometida no sólo con sus principios (y debilidades), sino con su
entorno social. Estamos ante un trabajo que, ya desde su título, resulta
menos amable de lo que promete a primera vista y se construye en torno a
la dualidad. Ésta nos lleva de la mano a un viaje que comienza en
‘Hymnopia’ y termina en
‘Oniria’. Hablamos de los dos ‘estados’ que
Joel Reyes se
ha sacado de la manga para dibujar un paseo a través de los miedos,
obsesiones y pequeñas revoluciones internas de una mente compleja e
inconformista que llevan poco a poco a un despertar, un estado de
consciencia, de deseo de huida y cambio.
‘Hymnopia’ es el estado de la resignación, la ceguera y el dejarse llevar por la inercia y el engaño del sistema.
‘Oniria’ representa el despertar, la consciencia y el afán de cambio y síntesis.
Le acompaña en este apasionante viaje una banda de excepción:
Miguel Zanón, el cual, además de firmar la producción del disco, se ha encargado del espectacular trabajo de guitarras,
Pepe Sáez al bajo y contrabajo,
Salva Granadero a las baterías y percusiones y
Alex Larraga a los pianos y orquestaciones.
Toni Galván(
Göttemberg) es otra de las piezas claves de
EFA ya que, además de firmar, junto a
Joel tres temas:
‘Gravedad’,
‘El eco de tu incendio’ y
‘El suicidio del escorpión’(en
el que colabora), firma el arte del disco; un trabajo cuidado al
detalle que cierra el universo musical creado con un potente envoltorio
visual.
EFA cuenta con las colaboraciones de
Miguel Herrero (
Alexandra in Grey) a los vientos y órgano Hammond en
‘El cazador’, de
Diego Galaz (
Zoobazar,
Fetén Fetén,
Mastretta) que aporta un bello banjo en
‘Cuanto todo sea silencio’ y
Juan Antonio Montoya,
‘Monty’ que firma el arreglo y las guitarras de
‘Memorable’, tema en el que también aporta su voz
Eladio Santos (
Eladio y los seres queridos). Musicalmente la premisa sobre la que se construye
EFA es la huida de la zona de confort y las inercias en los arreglos, algo que queda patente en temas como
‘Hymnopia’,
‘A destiempo’,
‘Quieren más’ o
‘La decepción de la temporada’.
El camino resulta más áspero pero, a su vez, más satisfactorio y
profundo. Un álbum en el que se incluyen verdaderos singles como la
luminosa
‘Memorable’, el guiño a
‘Space Oditty’ de
‘Gravedad’, las impecables y honestas letras sobre la eterna insatisfacción en
‘El Cazador’ y sobre el desamor y sus fantasmas en
‘El Eco de tu incendio’.
EFA es
un disco que aspira a ser la interrogante en un mundo de certezas. Un
trabajo hecho por y para los que han venido a esta vida a arriesgar y no
a verlas venir, a aceptar el cambio como única constante, a escuchar y
no a oír. Ahora es tu turno: ¿aceptas el reto, le das al play y
emprendes tu viaje a
‘Oniria’ o prefieres seguir plácidamente adormecido en
‘Hymnopia’?
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