Y POR FIN, PASAJERO!
Cuando deseas algo con muchas ganas tienes miedo de que,
al conseguirlo o alcanzarlo, no sea tan emocionante o no responda a las
expectativas que habías generado.
Mis deseos de ver en directo a los madrileños Pasajero se
llevaban gestando desde que a principios de año escuché por primera vez “Borro
mi nombre” tema perteneciente a su primer disco “Radiografías” y dije “¿Pero
quiénes son estos? Son buenísimos!!” A
partir de ahí comencé a seguirles de cerca, esperando a que llegasen a este
rincón del norte y una vez los tuve delante me di cuenta de que mis
expectativas se cumplirían con creces.
Antes de nada quiero mencionar a Los Septiembre, banda de
Vigo que acompañó en su gira gallega a Pasajero como teloneros. Había oído
hablar de ellos, pero no había tenido la oportunidad de disfrutar de su directo
y os diré que valen mucho la pena. Os recomiendo que escuchéis su disco Traiciones y Contradicciones que
encontrareis disponible en Spotify y en losseptiembre.bandcamp.com, y si podéis verlos en directo mucho mejor, porque no os
defraudarán y os advierto, quedaréis con ganas de más.
Éramos pocos pero buenos los que nos reunimos en La
Fábrica de Chocolate el sábado 11 de mayo y, sobretodo, sabíamos a lo que
habíamos ido, a ver una banda talentosa de rock con canciones melódicas,
intimistas y realistas.
Así, íntimamente, Pasajero comenzaba con Mañana y empezaron a sucederse uno a
uno los temas de “Radiografías”, El pozo y el péndulo, Accidentes, Tu circo,
Random
A esas alturas de la noche el bajo de Daniel Arias
marcaba el ritmo de mis latidos, el sonido que Eduardo Martín conseguía quitar
a su guitarra se hacía dueño de mis pensamientos, el ritmo magistral que
imponía Josechu a la batería despertaba
mi admiración y los teclados de Eduardo R. Paynter hacían de nexo casi
imperceptible y necesario entre todos ellos, consiguiendo que, en varias
ocasiones sintiese escalofríos provocados por tanta calidad musical. Aunque si
hubo una canción que realmente me llegó
fue Platos Rotos, un tema con una letra intensa de por sí y que
en su interpretación en directo ganó todavía más en emotividad
Se notaba que estaban disfrutando y nosotros también. Con
Volverme a preguntar y Perdóname repusimos fuerzas para, con La
Copia de otra copia y Borro mi nombre, echar fuera toda la rabia que
pudiera quedar contenida, para ya finalizar con Autoconversación.
El concierto se me hizo corto pero muy intenso y os puedo
asegurar que la impresión y recuerdo que dejaron no será “pasajero”.
Fotos y redacción @GlamourousBlack
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