Todo comienza cuando dos universitarios David y Miguel, se conocen en Sevilla totalmente ajenos a lo que el futuro les iba a deparar. Hablamos del 95. Y claro, que mejor en la vida de un estudiante que salir de fiesta y asistir a conciertos. Así que durante un concierto en una bonita noche de verano del 98 junto con Nacho, se vieron envueltos en ese toque entre la locura y la decisión de que eso era lo siguiente que iban a hacer.
Grandes apasionados de la música David y Miguel durante su tiempo de convivencia de estudiantes, escuchaban continuamente música y empezaron tocando versiones de grupos reconocidos que a ellos les encantaba. Claro, la universidad llega a su fin y cada uno vuelve a su ciudad de origen. Es ahí donde sufren un parón aunque no hay mejor reencuentro que un buen festival, el FIB. No desaprovecharon este paron ya que cada uno desarrolló su lado más creativo y en todo momento mantuvieron el contacto.
La creatividad de David no tiene límites y desarrolla también otras facetas, como buen apasionado de los comics, profundizó en la creación de dibujos, personajes y videos, obteniendo algunos