“…así se construyen su propio refugio entre muros de electricidad, en
un mundo propio que nadie les podrá arrebatar.”
“ Conocí antes a los componentes de TourmaleT como personas que como miembros de
TourmaleT, y lo primero que percibí en ellos fue algo así como el reflejo de una juventud
propia que nunca quiero ver lejana: entusiastas amantes de la música, descubriéndolo
(casi) todo por primera vez, empapándose de sonidos, referencias, sensaciones y
aprendizajes varios, con una actitud positiva, inquieta y hambrienta ante la vida y, al
mismo tiempo, con una personalidad marcada, ajenos a modas, hypes y ese tipo de
tonterías. Javi (voz y guitarra), Nacho (guitarra), Javi (bajo) y Alberto (batería), tienen
entre 22 y 23 años, y TourmaleT tiene poco más de uno recién cumplido. Provienen de
Guadalajara y de Torrejón, lugares también ajenos a los centros de poder, de influencia
y de postureos. He de confesar, además, que ese nombre que tanto recuerda a las gestas
más épicas del Tour de Francia, me encanta para ellos, pero que antes de ponerme a
soltar metáforas manidas sobre las grandes cimas, el Premio de la Montaña y esas cosas,
me relajaré diciendo que me los imagino todavía en las primeras estribaciones,
conscientes de que el puerto es largo y ésta es una carrera de fondo, pero tirando a tren
del pelotón, sin miedo.
“Altimetry” es su EP de debut y lo primero que demuestra es que estos chicos no están
dispuestos a seguir el camino fácil. Sus temas beben de diferentes fuentes del rock
alternativo: desde el noise de los 90 al after punk, el post-rock y quizás otras cosas que
se me escapen. Juegan con diferentes dinámicas y estructuras que rehúyen lo obvio, y
transmiten esa esperada sensación de urgencia juvenil, de tensión, dudas, desasosiego y
un cierto desaliño existencial. Son canciones de confrontación: con el mundo exterior, con
uno mismo… y, al tiempo, de deseo, de búsqueda. De algún modo, parece que así se
construyen su propio refugio entre muros de electricidad, en un mundo propio que
nadie les podrá arrebatar. Como en el reflejo de una juventud propia que nunca
quisimos ver lejana y ante el que no se puede sentir otra cosa que no sea admiración y
cierta envidia. Tengan cuidado porque la descarga puede llegar en cualquier momento.
Esto es sólo el comienzo.” David Saavedra
un mundo propio que nadie les podrá arrebatar.”
“ Conocí antes a los componentes de TourmaleT como personas que como miembros de
TourmaleT, y lo primero que percibí en ellos fue algo así como el reflejo de una juventud
propia que nunca quiero ver lejana: entusiastas amantes de la música, descubriéndolo
(casi) todo por primera vez, empapándose de sonidos, referencias, sensaciones y
aprendizajes varios, con una actitud positiva, inquieta y hambrienta ante la vida y, al
mismo tiempo, con una personalidad marcada, ajenos a modas, hypes y ese tipo de
tonterías. Javi (voz y guitarra), Nacho (guitarra), Javi (bajo) y Alberto (batería), tienen
entre 22 y 23 años, y TourmaleT tiene poco más de uno recién cumplido. Provienen de
Guadalajara y de Torrejón, lugares también ajenos a los centros de poder, de influencia
y de postureos. He de confesar, además, que ese nombre que tanto recuerda a las gestas
más épicas del Tour de Francia, me encanta para ellos, pero que antes de ponerme a
soltar metáforas manidas sobre las grandes cimas, el Premio de la Montaña y esas cosas,
me relajaré diciendo que me los imagino todavía en las primeras estribaciones,
conscientes de que el puerto es largo y ésta es una carrera de fondo, pero tirando a tren
del pelotón, sin miedo.
“Altimetry” es su EP de debut y lo primero que demuestra es que estos chicos no están
dispuestos a seguir el camino fácil. Sus temas beben de diferentes fuentes del rock
alternativo: desde el noise de los 90 al after punk, el post-rock y quizás otras cosas que
se me escapen. Juegan con diferentes dinámicas y estructuras que rehúyen lo obvio, y
transmiten esa esperada sensación de urgencia juvenil, de tensión, dudas, desasosiego y
un cierto desaliño existencial. Son canciones de confrontación: con el mundo exterior, con
uno mismo… y, al tiempo, de deseo, de búsqueda. De algún modo, parece que así se
construyen su propio refugio entre muros de electricidad, en un mundo propio que
nadie les podrá arrebatar. Como en el reflejo de una juventud propia que nunca
quisimos ver lejana y ante el que no se puede sentir otra cosa que no sea admiración y
cierta envidia. Tengan cuidado porque la descarga puede llegar en cualquier momento.
Esto es sólo el comienzo.” David Saavedra
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