Track Dogs inagura el Coca Cola Concerts Club
Iciar Serrano – Crónica
¿Qué
hacen juntos un americano, un inglés y dos irlandeses? O lo que es lo
mismo: ¿qué hacen juntos un cajón, una trompeta, un bajo y una guitarra?
La respuesta es Track Dogs, la banda que el viernes junto a Bambikina tocó en la madrileña Sala Siroco en la primera jornada de los Coca-Cola Concerts Club y La Noche En Vivo.
Una mezcla de pop y folk interpretado siempre en formato acústico con
canciones muy positivas, llenas de energía y ritmos muy bailongos.
En el escenario de la Sala Siroco
esperan pacientes los instrumentos y sorprende ver además un banjo y un
ukelele. La planta baja de la pequeña sala abarrotada, ambiente alegre
de espera. Y de repente aparecen los cuatro: Garrett a la cabeza con su
guitarra, a su izquierda Dave con el bajo, y su derecha Robbie sobre su
cajón y Howard con la trompeta. Antes de nada, saludan al grupo que ha
tocado antes que ellos: “¡Un aplauso a Bambikina!”. Y sin más dilación empiezan.
Su directo impecable comienza con la primera canción del álbum debut, Move a mountain, que suena suave y perfecta para el inicio. Continúan con Show me the sun,
la cosa se anima, imposible no bailar. Y tras esta canción, El frontman
no se olvida de agradecer a los asistentes su participación a base de
bromas como es habitual: “gracias por venir con este día que hace;
los pantanos están contentos, los patos están contentos y los irlandeses
están contentos”.
Y con las risas del público continúan con Blindspot y Going through the Motions, pero la guitarra le pide un descanso a Garrett cuando una cuerda se rompe en medio del quinto tema.
El irlandés no se amilana ante los caprichos del instrumento y continúa
cantando mientras cambia la cuerda. Las tablas las tiene, desde luego.
Robbie sentado en su cajón bromea diciendo que ese es el tema que tienen
reservado para cuando se rompen las cuerdas.
Tras
el incidente, la banda toca otros tres temas y la guitarra vuelve a
llamar la atención, esta vez con la cuerda de La. Garrett comenta que él
da el 150% en sus conciertos y la guitarra no está preparada y también
la maldice porque ha cambiado las cuerdas por la mañana. Se vuelve a
repetir la operación del cambio de cuerda sin que la calidad del sonido
ni la actuación parezcan notarlo en exceso, a excepción obviamente del
sonido de la guitarra. Cuando la música es buena y los músicos también,
todo tiene solución en directo, o al menos es lo que Track Dogs nos
demuestran.
Con la segunda cuerda en su sitio Garrett aprovecha para dedicar Played my way a Santi Alcanda, periodista de Radio 3
asistente entre el público en las primeras filas por hacer todo “a su
manera”. Tras La banda llega el cambio de roles instrumentales con Raise your head
(Robbie al banjo y Howard al cajón) y una última broma de Garrett,
ukelele en ristre, antes del último tema. El público pide un bis, y Track Dogs
ofrecen uno muy especial: bajan del escenario y se sientan en él, piden
al público que se siente en el suelo y únicamente con una guitarra, las
cuatro voces y sin micro alguno dejan muy buen sabor de boca con The wrong man.
Catorce
temas enérgicos, muy bien interpretados con el mejor humor posible y la
mejor de las sonrisas. Esto es lo que ofrecieron el viernes por la
noche los “cuatro guiris” que forman Track Dogs. Esperamos verlos pronto
de nuevo por la capital española.
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