Una fiesta en cada concierto
Madre Máquina
es uno de ésos grupos que, si uno ya los disfruta cuando los escucha en su
casa, en concierto es una experiencia diferente y mucho más enriquecedora.
Hablo del concierto que dieron el pasado sábado 16 en la sala Stereo de
Alicante.
Una servidora
les sigue desde hace algunos años y no dejan de sorprender. En esta ocasión,
presentando nuevo disco, el tercero ya, “La orquesta será dominada”, al que
dedicaron gran parte del concierto, pero sin olvidar canciones de sus
anteriores discos, como “Arena húmeda”, de su segundo disco, “Cruzarse de
brazos”, del 2010.
Como decía,
sus conciertos están llenos de una energía desbordante. Sus letras, por otro
lado, reflejan su visión de la realidad, una visión llena de ironía, crítica,
crudas verdades y alegría. Unas letras llenas de matices, al igual que su
música. Ello se debe a las composiciones de su cantante, Pablo Mateos.
También es de
destacar la incorporación de un nuevo miembro al grupo, José A. López, que
añade una segunda guitarra y más energía, algo de lo que ya podían presumir
cuando eran un trío.
Uno de los
aspectos más destacados de sus directos es, indiscutiblemente, su enorme
sentido del humor. No te dejan indiferente y no puedes dejar de esbozar una
sonrisa o reirte a carcajadas con sus ocurrencias y su naturalidad en el
escenario.
Y poco más que
añadir, si digo que, además, son de mi ciudad, Alicante, y que, como a tantos
otros grupos alicantinos, creo que se les debería de prestar mucha más
atención. Y con esto me refiero, más que a los medios, al público, que parece
recelar muchas veces de unos músicos que vivan en su misma ciudad, como si ello
fuera muestra de menor calidad ante grupos extranjeros o grupos nacionales con
“caché”.
Larga vida a
Madre Máquina. ¡ He dicho, copón¡
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