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FANTASMAGE
Taquilla: 3€
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Viernes
28 de junio, 22.00 h.
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Fantasmage es un dúo de garage punk formado en Vigo en 2011 en el que nos encontramos a Daniel Nicolás (batería y voz), de los extintos Indómitos y a Andrés Magán (guitarra y voz), un artista polifacético que se dedica al diseño gráfico -es el responsable de portadas como “Año Santo” (Mushroom Pillow, 2010) de Triángulo de Amor Bizarro y el segundo recopilatorio Galician Bizarre-, participa en fanzines como Honeybloom y Firecream, y formó parte de Anenome -banda que podemos encontrar en el recopilatorio “Galician Bizarre” (2010)-.
Estamos ante un
combo adrenalínico que cuenta con
guitarra, batería y voces como únicos
ingredientes. Con ellos desarrollan un sonido
personal que bebe influencias de The Fresh &
Onlys, The Black Angels o The Oh Sees.
Poco después de
su formación, la excusa fue ejercer de teloneros
de Davila666 en Vigo, presentan la demo
“Fantasmage” (2011) con los cortes: “Vuelta a
empezar”, “Huesos”, “Metido entre sombras” y “Ella
es un espectro”. Un trabajo grabado y mezclado por
Manu G. Sanz (Indómitos) en su casa en Tomiño
(Pontevedra) “con la ayuda de un puré de legumbres
sano y riquísimo”.
Con ella
levantan una gran expectación dentro de
la escena más underground (es elegida
por la revista Mondosonoro Galicia-Castilla y León
como mejor demo del año) y Discos Humeantes decide
editarles un larga duración. De la mano del sello
asturiano, casa de bandas como Chiquita y Chatarra
o Ansaldo Tropical, llega “Fantasmage” (Discos
Humeantes, 2012).
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MCARBALLO Taquilla: 4 € |
Sábado
29 de junio, 22.00 h.
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MCarballo, como los ritmos que dan entrada, un, dos, un, dos, tres, estabiliza su vuelo con su tercer disco Mediados de abril, después de rodar por la pista de On your Pillow y despegar con You knew it, impulsado por la experiencia previa de sus componentes. Coge altura con “Mediados de abril”, un disco en el que, tras comprobar que las dos experiencias anteriores le habían puesto donde quería estar, saca todos los sonidos y las melodías que no surgen a la primera, sino de la madurez. Y esto es lo que cabe en este disco, no hay la rabia de un grupo que empieza, sino la llegada a un destino que las canciones fueron marcando y en el que habla melodías interpretadas con la soltura de la música natal, propia. Criado en Ourense, a la ribera del río Miño, oyendo lo que a los lados del Mississippi cocían las gentes del blues, supo desplazar sus oídos a tierras más áridas para oír el country que sale del polvo del desierto, mojarlo con la lluvia gallega y, finalmente, como siempre ha sido desde que el mundo es mundo, desembocar en una playa gallega para cantarle a la mar bajo una tormenta de sol, rock y agua dulce. Una playa en la que en sus dos lenguas natales, el español y el gallego y el inglés que le enseñaron los Robert Johnson o Lynyrd Skynyrd, cantan a una sirena que no puede dormir pero a la que nunca le falta un mensaje, porque siempre le hace sonreír, aunque le mienta otra vez, porque le gusta cuando la miras en las tardes vacías (tardes baleiras), aunque sea desde un cuarto maldito desde el que nunca más pueda salir. Eso por el momento no es un problema. Está donde quiere estar. Mediados de abril nos ofrece un sonido puro, que la distorsión de la guitarra consigue mantener limpio. Voz, guitarra, bajo y batería. Esa es la esencia, ¿para qué más? Así se empieza. A veces la evolución no está en el número de instrumentos, sino en saber cuántos hacen falta para decir lo que se quiere. No la toques ya más, que así es la rosa, decía el poeta. Pues eso. Dos ríos, un desierto, lluvia, música y un trozo de un mes. |
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