Rafael Berrio (reseña concierto en el café El Kosako)
Esta noche el Café El kosako estaba lleno y todo por la necesidad de ver a Rafael Berrio que regaló más de veinte canciones (y tres canciones en bis) para que la sed se calmase pero se quedó corto.
Simulacro abría la noche y un serio Berrio con sus gafas de sol empezaba a acariciar las cuerdas de su guitarra, estas gafas no se separarían de el durante casi veinte temas. El genial poeta marcaba el ritmo con sus pies y jugaba con las cuerdas de la guitarra. Mis amigos continuaba el concierto con un ritmo muy exacto (cual metrónomo), que en el bis pasaría a ser un poco más festivo. Los asistentes empezaban a darse cuenta de que la noche era especial y Berrio subía el listón con una cadencia sublime y una mezcla de acordes y punteos mientas recitaba los versos de Saturno recordando que el vino es un manjar y una medicina que el público aplaudió. La temperatura se elevó con Como Cortés quemando naves y La alegría de vivir dos cortes que con la guitarra se tornaron contundentes y duras cual cuchillos pero con la dulzura de la concatenación de acordes en loops.
El concierto ya estaba rodado y un solo tema de relax nos permitió coger aire para perdernos en Amanece que unido a En las lindes del fin dos cortes unidos con el orgullo que le caracteriza con mucha fuerza y acordes fluidos, con casta de poeta y de caballero que se vería en su máximo exponente en el siguiente corte que fue cantado por la sala y es que Oh verdad desnuda es uno de los temas que se quedan grabados en el subconsciente demostrando que Cohen, Dylan y otros muchos grandes son nombres al mismo nivel que poeta Vasco . Las mujeres de este mundo y Mi reputación fueron otros dos cortes donde vimos el alma del artista, en el primero escuchamos un canto de admiración y de suspicacia a las mujeres IT de su vida y en el caso del segundo, nos deleitó con un vals de acordes que repetiría en Insomne cantando a ese mundo paralelo llamado literatura con sede una mesilla de un dormitorio. Posteriormente nos regaló los secretos de su cancionero con dos poemas y una versión folk/rock de Absolución.
Estamos en la pausa donde Berrio se sale a tomar el aire y nos quedamos con la sensación de que se ha quedado contento y sin ninguna mala sensación. Se notaban sus ganas de dar lo mejor de sí y lo había conseguido pero necesitaba un poco más y ya los amigos podrían tener los temas que tanto pedían.
Se quitó las gafas de sol y entre peticiones y regalos (El caso de La virtud de la desgana que fue un regalo de cumpleaños y que abrió el bis con sumo acierto) Saturno volvió a sonar pero más solemne, Algo delicado y difícil, el amor es una cosa rara, mis amigos, no solo de amor ( de aire también se vive) sonaron entre aplausos, coros improvisados y dejaron el buen sabor de boca en los dos lados de la sala.
R.Berrio me ha sorprendido, es un artista de los versos y de la guitarra. Sacar percusiones con la eléctrica, marcar el tempo con momentos de voz fuera del micro o marcar carencias a placer e incluso cantar canciones casi mil veces más rápido está a la altura de muy pocos.
@jero22ind
VIA http://j-musind.blogspot.com.es/
No hay comentarios:
Publicar un comentario