miércoles, 27 de noviembre de 2013

Esta semana en La Fábrica: Stoyka + Persé el viernes y Maryland el sábado


HORARIOS: Dom. a Jue. 21:30 h. / Viernes y Sábado: 22:00 h.
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STOYKA + PERSÉ
Taquilla: 3 €
Viernes 29 de noviembre, 22.00 h.

Stoyka nace en 2008 como grupo de rock alternativo. Tras diversos conciertos y cambios en la formación, en 2010 el grupo comienza la composición de temas propios, que a finales de 2011 culminará con la grabación de su primer álbum independiente en Breaker V Homestudios.

En Agosto de 2011 actúan en el XVIII Revoltallo de Música Emerxente en Vigo, y meses después colaboran con Lazy Lady en la Sala Contrabajo. Sus principales influencias son Arctic Monkeys, Muse, Queen, Strokes, Radiohead, etc.

Persé
En noviembre de 2011, Luis Fercán (cantante, guitarrista y compositor) y Jorge Peñaranda (percusionista), ambos de Santiago de Compostela, formaron un grupo que bautizaron Los Vizarros. Su carrera musical creció rápidamente. Tocaron para la televisión autonómica, dieron un buen puñado de conciertos por toda la geografía gallega e incluso llegaron a telonear a grupos consolidados del panorama nacional como Celtas Cortos, Doctor Pitangú o Despistaos.

En verano de 2012, tras su último directo en La Ciudad de las Artes y las Ciencias (Valencia) el grupo se disuelve y Luis Fercán y Jorge Peñaranda deciden crear un grupo musical nuevo, con un nuevo estilo. Mientras la tendencia de Los Vizarros era hacer un rock comparable a Fito y Fitipaldis o Extremoduro, la nueva banda iba a tener unas melodías más tranquilas, mayor sentimiento en las letras y armonías mucho más arregladas que le aportarían a las canciones un aura de grandeza y carisma.

Consiguen encontrar a tres buenos músicos: Manuel Duro al bajo, la guitarra solista, Alejandro Neira y el teclado, Diego Cidrás.

En 2013 graban su primera maqueta: “Las reglas del juego”.
Están grabando su primer EP en el estudio de Iago Pico (Pousada Son).
 

MARYLAND
Anticipada: 8 € en Ticketea(15 € + disco)
Taquilla: 12 €
Sábado 30 de noviembre, 22.00 h.


Maryland es una banda ha que ha conseguido llegar a sonar a sí misma, cosa difícil y que muchos grupos nunca logran. Hay que dedicar mucha ilusión y esfuerzo hasta dar con los sonidos, con el equilibrio y con las canciones adecuadas. Aún así estaremos lejos de dominar la música, pero por lo menos seremos dueños de nuestro propio arte.

Ellos lo han alcanzado con este tercer disco gracias a sus incontestables e innumerables conciertos y a su dedicación y pasión, que les hace merecedores de un sitio en la historia de la música independiente española, si es que eso sirve de algo.

Los años muertos” es un disco de confirmación, cristaliza una propuesta clara de guitarras afiladas y bases contundentes, una madurez envidiable que no significa necesariamente ir convirtiéndose en algo más reposado, sino todo lo contrario en el caso de estos vigueses.

Como dijo Nietzsche: “La madurez es haber vuelto a encontrar la seriedad con que jugabas cuando eras niño”. Esos juguetes entre sus manos son ahora poderosas armas que, bien controladas, les permiten DISFRUTAR de lo que hacen al 100%. Por eso este disco nos muestra unos Maryland muy seguros de sí mismos que equilibran a la perfección, si es que existe, las melodías preciosas y tristes como los cielos de su ciudad con la rabia propia de su generación.

Crecieron escuchando a Posies, Weezer, Nirvana, etc. y eso les marcó, pero no les acomplejó para seguir su evolución natural, aun cuando en este extraño mercado musical parecía que los noventa ya no eran bien recibidos. Han cambiado el idioma (antes inglés y ahora castellano), pero no han perdido ni un ápice de su sello, es más, se han quitado una máscara tras la que escondían sus sentimientos y que ahora les muestra desnudos, tal y como son, y ese es otro punto a favor de su autoafirmación dejando atrás la timidez.

El disco trata sobre los estados de ánimo y los pasos que da cualquier relación después de una ruptura: los reproches, la rabia y la desesperación, la autocrítica, el arrepentimiento y el perdón descritos en primera persona, lo que hace que sea más sentido. El orden del disco sigue una cronología que suele darse en las relaciones, describe ese “paso página” radical desechando todo lo que se ha vivido sin llegar a pensar fríamente que de todo se aprende, casi negándose a ver el lado positivo de las cosas.

 
 
 

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