Después de empezar con casi tres cuartos de hora de
retraso, Miss Caffeina saltó al escenario con potencia en sus guitarras. Tanta,
que hasta distorsionaban. En cambio, a Alberto Jiménez, su vocalista,
prácticamente no se le escuchaba. Pero son unos grandes profesionales y
superaron con creces los defectos del sonido, haciéndonos vibrar y bailar de
principio a fin de los 7 temas con los que nos deleitaron. En el segundo tema,
“Capitán”, Alberto perdió la voz, pero no porque se quedara afónico, si no
porque el micro acabó por dejar de oírse en la sala. Y aun así, no pararon el show.
La energía que desprenden los 5 caffeinos en lo
alto de las tablas es innegable. Y cuando terminan, esperas que esa energía se
traslade al siguiente grupo. Pero, a pesar de sonar con contundencia y
elegancia, Glasvegas fueron, para mi gusto, algo monótonos. O tal vez sea por
mi poco dominio del inglés… No sé…
Glasvegas comenzaron con “Later...When The TV Turns To
Static” y desde el primer momento, nuestra atención se centró en
Jonna, la baterista. Y no es para menos: una mujer menuda, de pelo corto, flequillo
largo, gafas de sol y que toca la batería de pie, que es algo que puede agotar
al más pintado, y que ella aguantó a las mil maravillas durante los 16 temas
que compusieron el concierto, no se ve cada día.
Los de Glasgow presentaban su último disco, llamado
como la canción con la que abrieron el set, aunque no se olvidaron de sus
éxitos y repasaron ampliamente su discografía, pudiendo destacar “Geraldine”,
“Euphoria, take my hand” o “Daddy’s gone”, aunque esta última no llegó hasta
los bises.
Y con “Lots sometimes” de su disco “EUPHORIC ///
HEARTBREAK \\\” llegó el final, y nosotros esperamos que la próxima vez, nos
enganchen mucho más con su música.
Un abrazo #siempreunabrazo
No hay comentarios:
Publicar un comentario