De este nuevo parto algo sabemos en Ernie. Un poco doloroso va a ser, como todos, porque el proceso de creación de este disco incluye robos de maquetas y visitas a los hospitales. Hasta que no nazca, le veamos la cara y grite un poco, no tendrá nombre ni forma definitiva, pero las ecografías muestran un futuro álbum del que podemos dar algunas pistas: retrata imágenes de ese espectáculo que es la vida, a veces como un gran circo venido a menos, y otras llena de magia y belleza. Desde la Plaza de Santo Domingo y la Gran Vía de Granada llegarán encuentros con las personas adecuadas en días soleados de mayo, pero también encuentros con quien nunca debió de cruzarse en el camino. Estos Mutantes nos contarán que no soportan este mundo de estrés en el que siempre llegan tarde y que este mundo sucio que nos ha tocado vivir no puede seguir así. Aun así, en el fondo, ellos y nosotros conservamos la esperanza porque creemos, gritamos y sabemos que todo va a cambiar.
Será un disco muy especial de nuestros Niños Mutantes. ¿El noveno?
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