Todo lo que sucede desde que suben al escenario es lo más parecido al arte que ha entrado este año por mis oídos, provocan mi dopamina hasta la erección dérmica. Melodías repetitivas e invasivas, música que debe nacer en las tripas que es donde se nos forman los nudos de los sentimientos y que solo se deshacen sacándolos fuera, dónde los instrumentos actúan como los protagonistas que te arrastran hasta el último de ellos: su cantante, una especie de mago vocal, contador de historias íntimas, duras y sentidas. Esta noche 28 de diciembre en Jendrix ha sido una especie de lucha contra los elementos, de acústica regulera y ruido de ambiente excesivo que supieron salvar con creces y dejándonos con ganas de más y con el repiqueteo de las mismas preguntas de siempre en la cabeza: ¿Cómo es posible que haya gente que convierta la música en negocio?¿Cómo se descubre una banda de estas características?¿Cómo se hace para que os llegue y la gocéis como yo?
Tal vez FACAMA es una de las opciones que nos presentó su cartel y su segunda edición que se llevará a cabo el 28 y el 29 de marzo con mucho trabajo y más ilusión como festival alternativo contra el abandono de la música independiente y al que le deseamos larga vida.
En fin, solo se nos ocurre darles las gracias a la sala, a MARX y a FACAMA por compartir tanto con nosotros y hacer de este mundo un lugar mejor.
Por cierto GRACIAS me parece una palabra preciosa que deberíamos practicar más a menudo para que no caiga en desuso
Un abrazo
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