The Soul Jacket
son rara-avis en la escena nacional. Como un tesoro perdido hace
décadas en tierras gallegas, casi podrían parecer hijos de inmigrantes
que fueron a hacer las Américas y regresaron con el espíritu de
Mississippi en sus venas. "Black Cotton Limited”, su segundo disco de estudio, rebosa esencias sureñas, a los Stones más americanos, los Faces de taberna, o los Black Crowes más tradicionalistas, todo ello barnizado de sentimiento soul y espíritu puramente 70s. Con Hendrik Röver (Deltonos) en la mesa de sonido, este nuevo trabajo nos presenta a unos The Soul Jacket
que se deslizan libremente entre los estilos de esa Norte América
mítica que tan bien han sabido absorber e incorporar a un registro
propio ya de por sí rico en matices.
|
|
Esa
búsqueda de una identidad propia y de un sonido personal y reconocible
tiene su mayor exponente en este nuevo disco. Hay temas instantáneos
empujados por arreglos de viento afilados y reverberantes, suites
instrumentales entrelazadas con armonías vocales, medios tiempos
pegajosos como la melaza, tonadas marineras de taberna de medianoche
cantadas a dos voces, desarrollos inquietantes arropados por percusiones
de vudú e incluso una trilogía central donde el fantasma de un affaire
sobrevuela las conciencias de una pareja de hermanos separados por el
tiempo y la distancia.
|
|
|
Escucha "Black Cotton Limited" en Spotify pinchando aquí
La banda comenzó su andadura en el año 2004, pero no fue hasta 2012 cuando su debut, “Wood Mama”, cogió a todos por sorpresa por su feeling rebosante y su viveza añeja. Toño López a la voz, Jann Zerega al bajo y Mauro Comesaña a la batería resisten de aquella primera formación,sumando las guitarras de Jorge Mizer y Guillermo Gagliardi, y la sabiduría y el buen hacer de un veterano teclista Xabier Vieitez.
Si algo diferencia a la banda viguesa de la mayoría de sus coetáneos y
colegas de profesión es que no tienen reparo en alejarse de la obviedad
del rock & roll y mostrar todas sus inquietudes. Algo que resulta
obvio scuchando su anterior trabajo, el EP “Gunpowder Valley”,
cuyas tres únicas canciones se extienden durante más de veinte minutos,
algo que evidentemente no les ata a las limitaciones de una música
“”comercial” y radiable”. Su facilidad para incluir sonidos afrolatinos o
incluso algo de aquella psicodelia californiana de finales de los
sesenta les hace únicos en su especie.
|
|
|
|
No hay comentarios:
Publicar un comentario