MUCHO, MUCHO RUIDO… Y PSICODELIA
Para mí, la noche del viernes veinte de diciembre iba a ser especial pues, por un lado, iba a disfrutar de nuevo del directo de
Triángulo de Amor Bizarro, del que sólo había podido disfrutar una vez hasta ahora, en el aniversario de la
Sala Stereo, en el año 2009 y ya tenía muchas ganas de volver a verlos. Por otro, porque tendrían de teloneros a la banda ilicitana
Aardvark Asteroid, a la que sigo desde hace unos años y a la que me une un cariño especial.
Los Aardvark tenían poco tiempo, en su papel de teloneros. Ya lo dijo James, su cantante, al presentar una canción, al principio, añadiendo que hablaría poco ya que no domina el español. Efectivamente, fue un concierto bastante breve, de ocho canciones, en las que interpretaron canciones de su último disco, “A modern illness”, como “Anthony on the edge”, “Broken” o “Jack the ripper” y otras nuevas, como “Put it away”o “Sleep disorder”.
Con su energía y su carisma, consiguieron que el ambiente fuera de participación, tarea nada fácil en estos casos. Con sus guitarras y sus bases electrónicas nos hicieron bailar y entrar en calor antes de lo que vendría después. Durante el concierto fue evidente la evolución del sonido del grupo desde un sonido más pop rock, que tendía al pop rock británico, de sus orígenes, hacia uno más contemporáneo, con bases electrónicas, de sus nuevas canciones.
Triángulo de Amor Bizarro, cómo no, también llegaron pisando fuerte. Isabel, su cantante, saludó al llegar, diciendo que era un día de rock y también de rabia, haciendo una protesta en contra de la reforma de la ley del aborto y llevándose la ovación de gran parte del público. Seguidamente, empezó el rock en todo su esplendor. En el concierto lo dieron todo, intercalando canciones de todos sus discos, con canciones como “El himno de la bala”, “El Crimen: Cómo ocurre, Cómo remediarlo”, “El fantasma de la transición”, “De la monarquía a la criptocracia”, “Estrellas Místicas”, “Ellas se Burlaron de mi Magia”. Hubo pocos momentos para la calma, como era de esperar en un concierto suyo, pero sí hubo momentos de cierto misticismo, como reza el título de su último disco, “Victoria Mística”, con canciones como “Clara”, que alternaba momentos de psicodelia con el rock más crudo, del que son ofrecieron una buena muestra esa noche. Por un momento me sentí casi como en un concierto de The Doors. Y es que esa era la sensación, de estar tan inmersa en la canción, en lo que me sugería, que me hacía olvidarme de todo lo demás. Supongo que esto sólo lo podrán entender los melómanos como yo, las personas que tengan un mínimo de sensibilidad hacia la música y hacia el arte.
En resumen, que fue un conciertazo en toda regla. Tanto los teloneros como Triángulo nos hicieron disfrutar a todos como enanos y yo salí de allí con una sonrisa en la cara, renovada. Como si me hubiesen renovado las pilas. Me vaciaron por dentro y me llenaron, con todas las emociones que me hicieron sentir. Sólo espero poder volver a disfrutar de conciertos tan buenos como estos en breve. Y que
Triángulo de Amor Bizarro sigan pareciéndome tan buenos siempre. Como dicen en una de sus canciones: ¡portaros bien, hijos de puta¡
@Celeste_Fischer
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