Sevijamming Episodio 43: MäBU | ||
Realización: EL TATO Producciones.
Redacción: Armando Marín.
El pop. Vilipendiado por muchos pese a ser, quizá, el género musical más misterioso e intangible. Hay una chispa que siempre distingue las buenas canciones de las sólo correctas y de las insustanciales, y para que su centelleo alcance a iluminar el firmamento pop resulta indispensable derrochar ilusión por imaginar la manera de concebir y sustentar un estilo inequívocamente personal. He aquí el gran reto de María Blanco, fascinada por esclarecer los rincones más melancólicos y agridulces del pop con una voz que, alejada de toda timidez, consigue avivar uno de los grandes anhelos del ser humano, no desesperar en el afán por encontrar el amor, el verdadero amor.
Sucede con esta pizpireta bilbaína que el estado de ánimo del oyente influye, y mucho, en la percepción del poder de atracción de sus canciones. Este matiz, en realidad implícito en toda obra de arte, queda en su música bien recalcado al mostrar sin pretensiones un universo lánguido y doliente, que invita a ser explorado. Es el dulce sabor de la derrota por entregarse con inocencia a los designios de Eros y a los caprichos de Afrodita.
Bien arropada por Txarlie Solano y César Uña accederemos a un sonido clásico, espartano y directo, evitando cualquier barroquismo sin descuidar una constante mesura tanto en el tempo como en el volumen. Con madurez y equilibrio, tranquilidad y belleza, simplicidad y simpleza, su entrañable lírica exenta de mala intención, no rehúye de un carácter edulcorado para lanzar un mensaje a fin de cuentas optimista: “cuando se consigue que las cosas sean simples (que no sencillas), se hallará la hermosura de vivir, como de adultos soñar ser niños enamorados”.
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