Vencía la noche en la ciudad de A coruña, y en la
propia puerta de la sala Mardi Gras pude comprobar en mis propias carnes que “El mundo se enfrenta a grandes peligros”.
Y es que después de observar atónito la cantidad de gente que se quedó sin
entrada y que podría haber llenado de nuevo la sala en una segunda función,
asistí a este primer tema desde fuera por lo que costaba entrar al directo.
Sonaba “Noche de setas” justo cuando
yo empezaba a ver la luz, y una vez dentro, desde tan atrás pude comprobar que
el ritmo de los andaluces, con la línea de bajo por bandera, ya se había
adueñado de las conciencias de las primeras filas y seguía avanzando hacia mí.
Entonces sonó “El Rayo” y ya todo
empezaba a tener sentido. Era quizás el primer tema que me habría gustado ver y
escuchar en directo, con ese ritmo trepidante, con ese deje único en la voz…
así que demos gracias al destino. Cerveza en mano pudimos brindar cuando se nos
comunicó desde el escenario que Javi, el batería, sería padre en breve y que era razón de peso
para terminar la gira con este concierto.
Considerándolo un privilegio, empezó a sonar “Cheney”, un trampolín idóneo para el
público asistente, que empezaba a moverse y a bailar con la sucesión de temazos
que vendrían a posteriori. “Turista ven
a Sevilla”, el tema que da comienzo el último trabajo de estos chicos, “De
palmas y cacería”, se ganó
definitivamente a toda la sala, y más cuando sonó “Ninja
de fuego”, un clásico de la copla que en los años 50 nos interpretaría un
gran Manolo Caracol y que estos chicos han hecho suya desde 2010 al incluirla
en el disco “Un gramo de fe”.
Un acierto enorme, digno de enlazar por ritmo y
tonalidad vocal con “Guajira de Hawaii”,
un viaje relajante en el que apetecía pedirse otra cervecilla para saborear el
verano en pleno noviembre. Esa sensación tropical se acentuaba cuando sonó sin
apenas respiro “Mangosta”,
perfectamente ejecutada, y que terminó siendo una oda al típico ‘mambo’ cubano,
con buenas voces dobladas y silencios precisos. Con este tema se daba por
finalizado el viaje latino y la consiguiente vuelta a casa para dedicar así el
último tercio del concierto a la sátira social.
Para hacer todavía más acentuado el cambio de
rollo, los sevillanos interpretaron una vez más en directo la versión de Devo,
“Whip it”, un trallazo que dejaba el
camino libre a la esperada “Eurovegas”,
que nos puso a todos a cantar el estribillo ‘promocional’ de tal esperpento
legal hasta la saciedad. Por supuesto, el siguiente tema en sacar a la palestra
tenía que ser “El político neoliberal”,
del que extrajeron el audio de introducción de su divertido videoclip. A su fin
nos vimos envueltos en una especie de fase REM en la que pudimos escuchar el “Salmo 52:8” y la gran “La rave de Dios”, que volvió loco al
público asistente, justo cuando anunciaban el final de su actuación.
Obviamente, los chicos de las palmas y la cacería
no podían irse sin tocar los temas que más han dado que hablar y que escribir,
y como los grandes, volvieron al semi-ruedo de la Mardi Gras para tocar “El campo fui yo” en medio de una
envolvente locura músical, la “Zambra de
Guantánamo” y el tema que ganó en ovación y aplausos a todos los demás: “Mi DNI”. El concierto llegó a su fin, y
me fui encantado a casa después de ver una actuación a la altura de lo esperado,
de uno de los grupos más sobresalientes del sur del país.
Un auténtico placer, así mismo, el trato obtenido
por los chicos responsables de controlar el aforo de la sala, porque se llenó
lo justo y necesario para disfrutar como nunca de un concierto el que había que
estar como fuese. ¡¡Olé Pony Bravo!!
Un abrazo #siempreunabrazo
Dani @danipach84
NOTA: Imagen extraída de "La Voz de Galicia"
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